Lo primero debemos sacar todos los ingredientes y pesarlos en una balanza de cocina. En un cuenco, desmenuzaremos la levadura fresca y lo disolvemos con un poco de agua y la cucharadita de azúcar. Este paso es fundamental para que la levadura se active y comience a trabajar. Lo dejamos reposar unos 10 o 15 minutos.
En la panificadora echaremos el resto del agua, el aceite así como las harinas y el almidón de trigo (por supuesto sin gluten). Pero aún no echaremos la sal. Si tu panificadora tiene programa sin gluten, utiliza ese. Sino, con un programa corto, tendremos suficiente. *Si no tienes panificadora, amasa en la amasadora y hornearemos en un molde alargado (tipo plum cake) a 200º durante 50 minutos.
Comenzamos con el amasado y cuando veamos que los ingredientes están integrados, añadiremos la levadura ya activa. Seguramente tendremos que ayudarnos de una espátula de silicona para ayudar a mezclar bien todos los ingredientes y que no quede harina en el fondo. Una vez que esté todo integrado, incluso después del primer levado, ya podemos echar la sal.
Antes de que comience el horneado, podemos retirar las palas y untar un poco de aceite en la parte superior del pan. Una vez termine el programa, saca el pan del molde y déjalo enfriar completamente en una rejilla antes de hacer rebanadas.