Hierve las espinacas en poca agua con sal. Escúrrelas muy muy bien. No debe quedar agua ya que sino, la masa se quedará aguada.
Con la ayuda de una batidora / amasadora (yo he usado la Kitchen Aid), mezcla las espinacas con el queso. Añade los huevos de uno en uno y por último la harina. Yo la he ido echando poco a poco hasta ver que la masa estaba manejable pero ni liquida ni demasiado seca.
Forra la bandeja del horno con papel de hornear y con la ayuda de una espátula y paciencia, vas extendiendo la masa por la bandeja. Queremos una capa lisa y lo más regular posible. Ya digo que necesitas paciencia por que no se extiende fácil ni se maneja con las manos.
Hornea en la bandeja de horno a 180º durante 10 minutos.