Me encantan las tartas de queso y en verano, si además son sin horno, se convierte en un postre perfecto para llevar. En este caso, este cheesecake de fresa sin horno y sin gluten ha surgido como una adaptación de mi receta de Tarta de Lima.
Pero no ha salido a la primera. Lleva mucha fruta y eso hace que quede más líquida así que he tenido que ir ajustando la cantidad de espesante. He usado agar agar, aunque podrías utilizar también gelatina. En último caso, si no tienes pero te apetece mucho hacer esta receta, puedes servirlo en vasitos individuales y aunque la crema quede más líquido, no pasa nada.
Además, creo que es una tarta de queso podría quedar igual de rica con moras, cerezas, albaricoques, melocotón o mango. Quizás, en función de la fruta, tengamos que ajustar de nuevo el espesante para que quede una consistencia firme y lo podamos cortar.
¡No te pierdas el vídeo de la receta, donde también te detallo todo el paso a paso!
Es muy importante el tiempo de enfriado. Se trata de una tarta grande y necesita unas6 a 8 horas de frío en la nevera. Siempre podemos recortar este tiempo en el congelador, pero si lo decoramos con fruta, al descongelarse se queda un poco fea.
En esta ocasión he usado como base para la tarta unas galletas de la marca Gullón que son tipo digestive sin gluten. Realmente me han gustado y aportan un sabor muy rico. Si no las encuentras, puedes usar galletas María sin gluten.
Si te gustan las tartas sin horno, no te pierdas la tarta Banoffee sin gluten: una deliciosa base de galletas sin gluten con banana, dulce de leche y nata montada. ¡Es facilísima y está riquísima!
Ya verás que son muy pocos ingredientes para preparar esta increíble Cheesecake de fresa sin horno y por supuesto, como siempre, sin gluten.
Ingredientes
PARA EL RELLENO
- 500 g queso Philadelphia tipo Philadelphia
- 200 g leche condensada
- 250 g yogur griego
- 8 g agar agar
PARA LA BASE
- 200 g galletas tipo digestive sin gluten
- 70 g mantequilla derretida
Elaboración paso a paso
- Trituramos las galletas (yo lo he hecho con la vitamix, pero se puede hacer con batidora de aspas, procesador de alimentos, con un mortero o incluso meterlas en una bolsa de plástico y pasarles con paciencia un rodillo por encima). Derretimos la mantequilla y mezclamos con las galletas hasta que todas quedan empapadas. Distribuimos en el fondo de un molde desmontable (de 22cm a 25cm) y dejamos enfriar en la nevera.
- En una cazuela y sobre fuego suave, mezclamos el queso de untar, los yogures y la leche condensada. Mezclamos bien con una varilla hasta que no tenga grumos. Añadimos el agar agar o la gelatina y dejamos que hierva suave, removiendo de vez en cuando.
- Mientras, lavamos y quitamos las hojas de las fresas. Reserva 3 o 4 para decorar y el resto las trituras hasta hacer un puré. Cuando haya hervido el queso, retiramos del fuego y le añadimos el puré de fresas.
- Sobre la base de galletas, decoramos los laterales del molde con fresas cortadas en láminas. Así cuando lo desmoldemos se verán las fresas en todo el borde. Echamos con cuidado la mezcla de queso y fresas. Tapamos con un film transparente que debe estar en contacto con la tarta para que no se reseque. Importante: dejar reposar en la nevera 6 – 8 horas para que tome la consistencia deseada. Sino, podría quedar más líquida.
- *Si quieres ahorrarte el paso de calentar y echarle agar agar, puedes servirlo en vasito individuales y aunque la textura sea más líquida, el sabor quedará igualmente espectacular.
